Fue para adelante

Mucho se habló de Davydenko en el último tiempo y no precisamente por sus buenas actuaciones. Sospechado por muchos de no esforzarse al 100% en más de un partido, se comenzó a investigar si el ruso estaba metido en algún acuerdo ilegal relacionado con el negocio de las apuestas.
Personalmente nunca me gustó el juego de Davydenko, una maquinita de devolver la pelotita, pero sin agresividad, un jugador sumamente defensivo que no tiene variantes, tiene un estilo de juego definido el cual no sabe modificar. Cuando un jugador logra encontrarle la vuelta a Davydenko, el ruso no tiene forma de cambiar su juego para ganar el partido. Y por esto me soprendió que haya ganado este torneo y más con los grandes triunfos ante Ancic, Roddick y Nadal.
Igualmente le tengo que reconocerle que por alguna extraña razón en los grandes torneos muchas veces tiene buenas actuaciones. En este momento sus puntos en el ranking incluyen dos semifinales de Grand Slam (Roland Garros y el US Open).
Pero tantos puntos que suma para poder ser el 4 del mundo son consecuencia de que juega una cantidad excesiva de torneos, y eso es lo que lo hace ser un gran jugador: juega 30 torneos en el año y no se cansa. Es el jugador con más torneos jugados el año pasado entre los primeros 100. Y es lógico que con tantos torneos en alguno le vaya bien... sólo en 11 de los 29 torneos que suman en su ranking llegó a cuartos de final, muy poco para un número cuatro del mundo.